Acerca de Argentina
Capital de la nación y sede del gobierno federal: Buenos Aires.
La palabra argentina proviene del latín (argentum, plata) y corresponde al término platense o ríoplatense. El nombre oficial del país es República Argentina, por elipsis del sustantivo, suele decirse, correctamente, la Argentina. Sin embargo, está muy extendido el uso sin el artículo «la», de manera que de hecho el nombre suele expresarse simplemente como “Argentina”.
La República Argentina es un estado soberano, organizado como república representativa y federal. Su territorio está dividido en 23 provincias y una ciudad autónoma, Buenos Aires.
Situada en el extremo sureste de América, Argentina abarca gran parte del Cono Sur, limita al norte con Bolivia y Paraguay, al nordeste con Brasil, al oeste y sur con Chile y al este con Uruguay y el Océano Atlántico.
Por su extensión, es el segundo país más extenso de América del Sur y cuarto en el continente americano y en él se encuentra el punto más austral del territorio continental argentino, el cabo San Pío, está ubicado en la Tierra del Fuego.
El territorio continental argentino está situado entre la cordillera de los Andes, el océano Atlántico Sur y el continente Antártico y posee tres grandes zonas geográficas claramente diferenciadas: llanuras (centro y norte), mesetas (sur), montañas (oeste).
Debido a la amplitud latitudinal y su variedad de relieves, la Argentina posee una gran variedad de climas. En general, el clima predominante es el templado, aunque se extiende a un clima subtropical en el norte y un subpolar en el extremo sur.
Breve reseña histórica
Los primeros pobladores del actual territorio argentino se remontan al paleolítico, según hallazgos en Piedra Museo, Provincia de Santa Cruz. Tastil, en el norte, fue la ciudad precolombina más grande ubicada en el actual territorio argentino, con una población de 2.000 habitantes.
El fuerte de Sancti Spiritu fue el primer asentamiento español, instalado en 1527 cerca de la actual ciudad de Santa Fe y las ciudades de Santiago del Estero, Córdoba y Buenos Aires fueron las bases del establecimiento colonial que se impuso en la mitad norte del actual territorio argentino, sujeto a la autoridad de la Corona Española (la Gobernación del Río de la Plata).
Durante la mayor parte del período colonial, el territorio argentino dependió del Virreinato del Perú, hasta que en 1776, durante el reinado de Carlos III de España, comenzó a formar parte del Virreinato del Río de la Plata. La ciudad de Buenos Aires fue designada como su capital con la idea de resistir mejor a un eventual ataque portugués y para tener un acceso más fácil a España a través de la navegación atlántica.
El progresivo mestizaje y la base económica fundamental de la ganadería extensiva, consolidada en el siglo XVII, da por resultado una población que resultaría decisiva en la gesta independentista: los gauchos.
En los años 1806 y 1807 tuvieron lugar las Invasiones Inglesas, y, en ambas, Santiago de Liniers lideró a las tropas que expulsaron a las fuerzas británicas. La primera fue al mando de tropas de la Banda Oriental y la segunda fue dirigiendo tropas del Regimiento Fijo de Buenos Aires y batallones milicianos formados por numerosos criollos, tanto porteños como provenientes del Interior (principalmente, de Asunción del Paraguay y de Córdoba), indígenas y hasta esclavos negros.
La voluntad popular precipitó la destitución del virrey Rafael de Sobremonte para, a continuación, elegir como virrey a Santiago de Liniers, convertido en héroe de la reconquista y la defensa. Los principales líderes de estas milicias se convirtieron rápidamente en una nueva élite de poder en la ciudad de Buenos Aires, ingresando como miembros del Cabildo, hasta entonces formado exclusivamente por españoles.
Aunque Liniers aún gobernaba en nombre de España, la destitución de un virrey por presión popular era un hecho inédito en la historia de América. Tanto este hecho como la derrota de los ejércitos británicos, dieron un gran prestigio a Buenos Aires, que ganó un carácter de «Hermana mayor» ante las demás provincias.
El Cabildo Abierto del 22 de mayo de 1810
En 1810 el pueblo de Buenos Aires inició la Revolución de Mayo, que derrocó y expulsó al Virrey Cisneros, eligiendo en su lugar una junta de gobierno integrada mayoritariamente por criollos que dio origen a la Guerra de la Independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata contra la España colonial (1810-1824).
El 9 de julio de 1816, en la ciudad de San Miguel de Tucumán, un congreso de diputados de las provincias del noroeste y centro-oeste del país y de la de Buenos Aires, junto con algunos diputados exiliados del Alto Perú, proclamó la independencia de las Provincias Unidas en Sud América.
En varios puntos de Sudamérica se encontraban focos de resistencia contrarrevolucionaria, que intentaban restaurar la autoridad de la monarquía española en la región. Sus avances fueron contenidos, entre otros, por Manuel Belgrano, José de San Martín y Martín Miguel de Güemes. San Martín es, junto a Simón Bolívar, responsable de las gestas libertadoras que finalizaron la presencia española en el continente.
En la segunda mitad del siglo XIX se inicia un período de gran prosperidad que se extenderá por más de un siglo. Con una fuerte inversión en educación y en el establecimiento de medios de producción orientados a la producción de carne y granos con destino al mercado europeo, la economía alcanzó altos niveles de crecimiento que atrajeron una gran corriente inmigratoria.
Argentina, junto a otros países de América del Sur, forma parte del Mercosur y de la Unión de Naciones Suramericanas.
El Himno Nacional
El Himno Nacional Argentino fue denominado originalmente Marcha patriótica, luego Canción patriótica nacional, y posteriormente Canción patriótica. Una copia publicada en 1847 lo llamó Himno Nacional Argentino, nombre que ha conservado hasta la actualidad.
La necesidad de tener una canción patriótica se sintió en Buenos Aires en 1812, es decir antes de la Declaración de Independencia (que ocurrió el 9 de julio de 1816). Las llamadas entonces Provincias Unidas de Sudamérica se habían dado un gobierno propio el 25 de mayo de 1810, y en 1812 el gobierno del Triunvirato había pedido una marcha patriótica. Unos meses después, en 1813, se reunió una Asamblea Soberana.
La Asamblea encargó al abogado Vicente López y Planes la creación de la letra, y luego encomendó al músico y empresario teatral catalán Blas Parera que le pusiera música.
La letra original de 1813 es mucho más larga, pero desde 1900 la versión oficial es la abreviada de este modo:
Versión moderna abreviada (1924)
Oíd, mortales, el grito sagrado:
«¡libertad, libertad, libertad!»
Oíd el ruido de rotas cadenas,
ved en trono a la noble igualdad.
Ya su trono dignísimo abrieron
las Provincias Unidas del Sud
y los libres del mundo responden:
«Al gran pueblo argentino, ¡salud!
Al gran pueblo argentino, ¡salud!»
Y los libres del mundo responden:
«Al gran pueblo argentino, ¡salud!»
Y los libres del mundo responden:
«Al gran pueblo argentino, ¡salud!»
Estribillo
Sean eternos los laureles
que supimos conseguir,
que supimos conseguir.
Coronados de gloria vivamos…
¡o juremos con gloria morir!,
¡o juremos con gloria morir!,
¡o juremos con gloria morir!